Mediante la práctica de la meditación Samatha entrenamos a la mente para permanecer con la respiración cuando lo decidimos (práctica de ānāpāna-sati). Esto nos permite después mantener la atención en aquel foco que consideremos (cocinar, conducir, estudiar, hacer ejercicio físico, trabajar, escuchar…). Cuando hacemos las cosas con atención y estamos conectados con el corazón, las hacemos bien, o en cualquier caso, mucho mejor que cuando las hacemos sin atención. La atención es uno de los elementos fundamentales de la acción consciente. Nos manifestamos a través del pensamiento, del habla o de la acción. Al desarrollar la atención a través de la meditación Samatha, aumentamos nuestro comportamiento consciente, disminuyendo nuestra actuación mecánica. Esto nos lleva a ser dueños de nuestras vidas y no ser dominados por elementos internos ni externos. El trabajo propuesto hace énfasis en mejorar nuestra atención en el cotidiano y en la práctica meditativa.

Cuando conseguimos mantener la atención en la respiración adecuadamente y durante el tiempo suficientemente, espontáneamente vamos entrando en ciertos estados meditativos saludables. Estos son: quietud serena (viveka), estabilidad mental (samādhi) y los denominados estados jhānicos. En estos últimos se produce una sanación significativa y nos ayudan a ver la realidad tal cual es. Uno de los objetivos de este trabajo es facilitar entrar en estos estados meditativos. Para ello desarrollamos paralelamente el trabajo terapéutico y el trabajo corporal que nos ayudan a ello. Así, poco a poco vamos liberando a la mente de sus condicionamientos y nos vamos sintiendo y vamos siendo más libres.

Mediante la práctica de la meditación Vipassanā realizamos la práctica de satipaṭṭhānā, el desarrollo de los cuatro fundamentos de la atención plena (samādhi, mente estable; sati, atención plena; saññā, sabiduría y viriya, perseverancia), a través del desarrollo de la atención continua (en el cotidiano y en la práctica de la meditación) a:

  1. El cuerpo.
  2. Las sensaciones/los sentimientos.
  3. Los contenidos de la mente.
  4. El estudio de ciertas enseñanzas.

Así nos entrenemos a ser conscientes, la mayor parte del tiempo, de los movimientos del cuerpo, las sensaciones/sentimientos y de los contenidos mentales; y que dediquemos tiempo a estudiar y comprender ciertas enseñanzas (por ejemplo, cómo funciona la mente).

En la meditación aplicamos la vipassanā para ver las cosas tal cual son. Por ejemplo, si tenemos un conflicto con una persona, primero dedicaremos un tiempo a calmar la mente, para después mirar el conflicto de una forma concreta hasta que podemos ver por nosotros mismos qué es lo que produjo el conflicto y cómo podemos resolverlo, sin que intervenga la mente en este proceso.

Mediante la práctica de la meditación Vipassanā, llegamos a comprender las cuatro nobles verdades en su esencia, no teóricamente, en relación a los dos significados de dukkha:

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